domingo, 17 de marzo de 2013

El café siestero


Solo para mujeres, este café provee un servicio que aumenta la productividad en el trabajo.
Japón tiene uno de los ambientes más agitados de trabajo en el mundo, donde incluso hay un término para "Death By Working To Much", Karoshi! 
Japón es también un fanático de la eficiencia en el trabajo y la demanda de atención y la productividad en el trabajo ha llevado a toda una nueva industria en su estela. El "Power Nap" o cafés "SLEEP". 
Por desgracia, los adictos al trabajo no sólo incluye a los hombres, pero las mujeres en Japón se esfuerzan por competir con sus contrapartes. Es por eso que una empresa, Quska ha llegado con el "Café de Mujeres Sólo Nap Power", donde los clientes se les permite dormir durante 10 ~ 20 minutos para recargar antes de volver al juego. Quska cobra alrededor de $ USD1.60 por diez minutos de sueño que es muy asequible, pero si usted compra a granel que sólo cobran $ USD33 por 4 horas de tiempo de sueño que se puede deducir como una tarjeta de prepago . 
En su página web que muestran un aumento de 20% en la productividad por sólo un sueño corto 10 minutos, incluso se ofrecen aromaterapia con sus camas de sueño para mejorar la calidad de la "Nap Power".
También sugieren café antes de que el sueño de poder, ya que la cafeína tarda unos 20 minutos en arrancar y funciona como un despertador natural. Pero no te preocupes que van a proporcionar un conjunto de cabeza que avisa al cliente de despertar después de un 10 minutos siesta


jueves, 3 de enero de 2013

El color de la taza influye en el sabor

Dos investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y la de Oxford han comprobado que el chocolate "sabe mejor" en un vaso naranja o de color crema que en otro blanco o rojo.
Según un comunicado de la UPV, los resultados del estudio han sido publicados por la revista Journal of Sensory Studies y el trabajo se suma a investigaciones recientes que demuestran cómo nuestros sentidos aprecian los alimentos de forma diferente dependiendo de las características del recipiente donde se toman.
"El color del recipiente donde se sirven los alimentos y las bebidas puede realzar algunos de sus atributos, como el sabor o el aroma", según Betina Piqueras-Fiszman, investigadora de la UPV.
La científica, junto a su colega Charles Spence de la Universidad de Oxford (Reino Unido), lo ha comprobado en el caso del chocolate líquido.
La pareja planteó un experimento donde 57 participantes tenían que evaluar muestras de chocolate caliente servido en cuatro tipos de vasos de plástico, del mismo tamaño pero de diferente color: blanco, crema, rojo y naranja con interior blanco.
Los resultados revelan que el sabor del chocolate servido en los vasos naranja y color crema gustó más, según los voluntarios que lo probaron.
Sin embargo, el dulzor -no el sabor a cacao- y el aroma -el olor-, apenas se vieron influidos por el color de la taza, a pesar de que los participantes comentaron que en los vasos de color crema se detectaba ligeramente un chocolate más dulce y aromático que en los otros.
"No existe una regla fija para poder decir que un sabor o aroma se realza con un color o tono en particular", reconoce Piqueras-Fiszman.
"Esto en realidad varia con el tipo de alimento, pero lo cierto es que, como el efecto ocurre, se tendría que prestar más atención al color de los envases, ya que tiene más potencial del que uno se puede imaginar".

Ayuda para comprender el cerebro

Según el estudio, estos resultados son relevantes para los científicos interesados en comprender cómo el cerebro integra la información visual, no solo de la propia comida, también del recipiente o el envase en el que se consume.
Además, pueden animar a los cocineros y profesionales de la hostelería, así como a los del sector del envasado de bebidas y alimentos, a pensar más en el color de las vajillas y los embalajes.
"Es cuestión de experimentar para conocer cómo afecta el propio contenedor a la percepción que tienen los clientes del producto", ha señalado.
En el mismo artículo se repasan las conclusiones de otros estudios anteriores que también confirman el efecto del recipiente sobre las características sensoriales de la bebida o el alimento.
Algunos ejemplos son latas más amarillas para percibir mejor el sabor a limón o vasos de refresco que si están pintados de colores fríos, como el azul, parecen saciar mejor la sed que con los cálidos, como el rojo. Y si son rosas, el líquido incluso se nota más azucarado.
En otros casos, se ha demostrado que una mousse de fresa se aprecia más dulce e intenso en un plato blanco que en otro negro, según las fuentes.
Respecto al café, una mayoría de encuestados asocia el color marrón del paquete a un sabor y aroma más fuertes, mientras que si son rojos se atenúa esa sensación, y si están coloreados de azul o amarillo, la bebida se percibe más suave.



elmundo.es

sábado, 29 de diciembre de 2012

Sábado para agradecer























Estamos muy agradecidos con toda nuestro equipo, clientela y amigos por acompañarnos un año más y por el continuo apoyo que nos ofrecen. Este año 2012 ha sido muy atípico y lleno de momentos inolvidables. Muchos cambios e innovaciones que nos inspiran a buscar nuevas formas de hacer las cosas, pero sobre todo muchas más posibilidades de prestarles un mejor servicio y muchas más posibilidades de atenderlos como realmente se merecen.

Feliz Día!
Manjares

jueves, 27 de diciembre de 2012

Un Final Feliz!!



El 2012 está finalizando y es tiempo para recordar todos nuestros éxitos y proyectarnos a un nuevo año aún mejor.
El fin del mundo fue la noticia más relevante. Realmente es un final de una etapa para renacer a un nuevo año lleno de energía y elevación.
Celebremos y evaluemos todo lo realizado con honestidad y amor, que el año nuevo nos llene de expectativas positivas y minimicemos el estrés y el derrotistmo.
Agradezcamos a nuestros amigos y bienhechores quienes nos apoyaron incondicionalmente.
Celebremos felices el don increíble de la vida.
Bienvenido 2013!!

viernes, 16 de noviembre de 2012

La cocina, un arte efímero

La cocina no se reduce sencillamente a una sumatoria de técnicas (preparación) sino a todo un servicio, ya que nada se saca preparando el mejor de los platos si al momento de servirlo lo arrojamos a la mesa. La cocina, en primer lugar, es amor (dar felicidad a los comensales); es arte, porque a través de ella se producen emociones y se evocan recuerdos, y es también técnica. La cocina se debe entender como un arte, como un emprendimiento cultural, lo que indica que todo aquello que se monte en el plato debe tener sentido. Si en la cocina mezclamos todo desordenadamente y sin conocimiento, así sean las cantidades correctas, el resultado será todo un fracaso. Para que tenga éxito este plato, los ingredientes a mezclar deben tener sentido, como en la música una melodía o como para el pintor sus colores. El arte culinario es una forma creativa de preparar los alimentos. Cada región tiene su propio arte y ella depende mucho de los rituales sociales que, con el transcurrir del tiempo, se han establecido alrededor de manteles y la forma de preparar y servir los alimentos. Definitivamente un arte que despierta todos los sentidos!! Manjares Café

viernes, 9 de noviembre de 2012

Manzana con Nueces, que tentación!

Para el cafecito de la tarde...

¿Porqué nos gustan las cosas #dulces?

¿Por qué nuestros principales recuerdos de lo que comíamos y bebíamos en nuestra niñez son relacionados con lo dulce? Los humanos escogemos lo que queremos comer por diversas razones: optamos porque nuestras comidas sean saludables, accesibles o fáciles de conseguir, pero la principal razón es por su sabor. ¿Se había preguntado alguna vez por qué le gusta tanto ese postre o esa bebida con azúcar? La respuesta se encuentra en nuestros genes: a los humanos nos gusta el sabor de lo dulce. Históricamente el sabor dulce se asocia con comidas saludables, mientras que los sabores amargos se relacionan con comidas tóxicas. Nuestros antepasados solo podían distinguir entre un alimento y un veneno dependiendo de si éste era dulce o amargo y así se acostumbraron a preferir las cosas dulces. Y ese gusto instintivo por las cosas dulces comienza desde que nacemos. Diferentes estudios realizados con infantes comprobaron que, según sus expresiones faciales, preferían sabores dulces, mientras que rechazaban los amargos. Estas son algunas de las razones que ofreció el doctor Adam Drewnowski, director del Centro de Obesidad de la Universidad de Washington, del por qué el ser humano prefiere lo dulce. Su exposición, “Los humanos y el dulzor: ¿por qué nos gustan las cosas dulces?”, se realizó en Bogotá, Colombia, durante el pasado Simposio de edulcorantes no calóricos de la Serie Científica Latinoamericana, y planteó la relación entre los sabores, la saciedad y la ingesta calórica de los humanos. ¿Por qué nuestros principales recuerdos de lo que comíamos y bebíamos en nuestra niñez son relacionados con lo dulce? El Dr. Drewnowski comentó que en estas edades, cuando somos niños y adolescentes, preferimos alimentos y bebidas mucho más dulces. “Lo dulce provee a los menores la energía que requieren en su crecimiento”. Pero luego de los 12 años de edad, cuando bajamos la intensidad de nuestro desarrollo corporal, esta preferencia va disminuyendo. Con los años, los adultos empiezan a dejar de preferir las cosas dulces y a disfrutar los sabores más complejos, incluyendo los amargos. Los estudios revelan que los niños prefieren frutas con mayor cantidad de energía (bananos, papas, uvas, manzanas), mientras que los adultos optan por alimentos con mayor densidad de energía (grasa, azúcar y sal) como chocolates y galletas. De acuerdo con el especialista, conforme avanza la edad, la preferencia de los adultos hacia el dulzor se disminuye, pero aún así aumentan los problemas de obesidad y diabetes en esta población. Esto se debe a la disminución de la actividad física, que es importante para mantener un estilo de vida saludable. El Dr. Drewnowski aclaró que, aunque no hay evidencia concluyente, se ha encontrado que tanto las bebidas con azúcar como las comidas contribuyen a la saciedad, ya que es determinada por la cantidad de calorías consumidas, independientemente de si son sólidas o líquidas. Esta información nos permite comprender por qué los humanos nos comportamos de determinadas maneras, explicando cómo históricamente hemos preferido lo dulce como método de supervivencia, y por qué preferimos alimentos con alta densidad calórica sobre otras comidas. Eso sí, independientemente de lo que consumamos, la clave es mantener una dieta balanceada y comer de todo con moderación. Laura Ravelo Los humanos escogemos lo que queremos comer por diversas razones: optamos porque nuestras comidas sean saludables, accesibles o fáciles de conseguir, pero la principal razón es por su sabor. ¿Se había preguntado alguna vez por qué le gusta tanto ese postre o esa bebida con azúcar? La respuesta se encuentra en nuestros genes: a los humanos nos gusta el sabor de lo dulce. Históricamente el sabor dulce se asocia con comidas saludables, mientras que los sabores amargos se relacionan con comidas tóxicas. Nuestros antepasados solo podían distinguir entre un alimento y un veneno dependiendo de si éste era dulce o amargo y así se acostumbraron a preferir las cosas dulces. Y ese gusto instintivo por las cosas dulces comienza desde que nacemos. Diferentes estudios realizados con infantes comprobaron que, según sus expresiones faciales, preferían sabores dulces, mientras que rechazaban los amargos. Estas son algunas de las razones que ofreció el doctor Adam Drewnowski, director del Centro de Obesidad de la Universidad de Washington, del por qué el ser humano prefiere lo dulce. Su exposición, “Los humanos y el dulzor: ¿por qué nos gustan las cosas dulces?”, se realizó en Bogotá, Colombia, durante el pasado Simposio de edulcorantes no calóricos de la Serie Científica Latinoamericana, y planteó la relación entre los sabores, la saciedad y la ingesta calórica de los humanos. ¿Por qué nuestros principales recuerdos de lo que comíamos y bebíamos en nuestra niñez son relacionados con lo dulce? El Dr. Drewnowski comentó que en estas edades, cuando somos niños y adolescentes, preferimos alimentos y bebidas mucho más dulces. “Lo dulce provee a los menores la energía que requieren en su crecimiento”. Pero luego de los 12 años de edad, cuando bajamos la intensidad de nuestro desarrollo corporal, esta preferencia va disminuyendo. Con los años, los adultos empiezan a dejar de preferir las cosas dulces y a disfrutar los sabores más complejos, incluyendo los amargos. Los estudios revelan que los niños prefieren frutas con mayor cantidad de energía (bananos, papas, uvas, manzanas), mientras que los adultos optan por alimentos con mayor densidad de energía (grasa, azúcar y sal) como chocolates y galletas. De acuerdo con el especialista, conforme avanza la edad, la preferencia de los adultos hacia el dulzor se disminuye, pero aún así aumentan los problemas de obesidad y diabetes en esta población. Esto se debe a la disminución de la actividad física, que es importante para mantener un estilo de vida saludable. El Dr. Drewnowski aclaró que, aunque no hay evidencia concluyente, se ha encontrado que tanto las bebidas con azúcar como las comidas contribuyen a la saciedad, ya que es determinada por la cantidad de calorías consumidas, independientemente de si son sólidas o líquidas. Esta información nos permite comprender por qué los humanos nos comportamos de determinadas maneras, explicando cómo históricamente hemos preferido lo dulce como método de supervivencia, y por qué preferimos alimentos con alta densidad calórica sobre otras comidas. Eso sí, independientemente de lo que consumamos, la clave es mantener una dieta balanceada y comer de todo con moderación. Laura Ravelo